lunes, 13 de septiembre de 2010

El zumbido de Matija Ferlin

Aunque sean muchos los adjetivos que se puedan utilizar para describir el trabajo de Matija Ferlin, para él existe un elemento omnipresente y que bien puede ayudar a entenderlo. El zumbido, como él le llama, ha estado aquí y allá a lo largo de su obra; siempre evidente para él, a veces casi imperceptible para su público. Pero, ¿qué es? Ferlin define El zumbido como su forma particular de crear piezas de danza en las que la coreografía se pierde entre diversos formatos.

‘Para mí el zumbido es igual a dramaturgia. Es una forma de hacer el trabajo de dramaturgia. Siempre tiene que haber una línea oculta vibrante, ya sea formal o abstracta’, dice Ferlin. Quizás el texto rotante que es proyectado en ‘Sad Sam (revisited)’ sea un buen ejemplo de lo que es El zumbido: una constante repetición de momentos que conforman esta coreografía de palabras. Algunas de esas frases fueron escogidas para tratar de comprender mejor la forma en que este croata ve el movimiento y la complejidad de su proceso creativo.


La situación peligrosa

Ferlin se agarra firmemente de la barra metálica del bus. Es su segunda noche en Cali y se encuentra rodeado de amateurs. Un grupo de bailarines universitarios ha hecho su presentación esta noche y le ha invitado luego a tomarse un trago. Viajan todos apretujados en la buseta que zumba rumbo al centro de la ciudad.

‘Esta es una obra muy sexual’, comenta sobre su 'Sad Sam (revisited)'. Antes de que me atreva a preguntarle por qué empieza a hablarme sobre su emulación masturbatoria en el escenario. Ese zumbido que genera con un micrófono que roza de arriba abajo contra su torso simulando los movimientos propios de la práctica onanista. ‘Es una pieza sobre el corazón roto por una relación que acabó hace 7 años’, continúa. A pesar de esta confesión, para Matija Ferlin no existe mucho de su intimidad en ‘Sad Sam (revisited)’.

‘Eres muy indulgente contigo mismo cuando te utilizas como fuente. Nunca expongo mucho de mi mismo en mis obras’, reconoce. Para él las verdaderas situaciones de peligro se encuentran en que el suyo no es un trabajo fácil de ver. La autoexposición y la vulnerabilidad no son temas que realmente preocupen a Ferlin en la creación artística, por el contrario, cree que existen zonas seguras y zonas de peligro que reconoce fácilmente. El par de líneas rojizas que el micrófono deja sobre su pecho luego de frotarlo por varios minutos pueden dibujar el límite entre esas zonas seguras y de peligro.

‘Puedo decir que esta obra, sin ninguna intención, tiene un efecto terapéutico. Me acerco al peligro para lograr sanar’.


Cuento historias acerca de lo opuesto

Las frases que se proyectan sobre el fondo del escenario, mientras Matija realiza giros sobre el linóleo, no fueron escritas por él; fueron producto de cartas y postales entregadas a la bailarina chilena Katalina Mella, colaboradora de Ferlin, quien decidió devolverlas en forma de títulos. Esta relación entre imágenes y palabras representa una especie de balanza para Ferlin en la que la audiencia pone el peso del lado que más desee. Existe una yuxtaposición que para el croata está relacionada con lo conocido y lo desconocido, con lo deconstruido y con preguntas y respuestas.

‘Es una pieza que es cuestionable en todo momento. Simplemente hago que la audiencia utilice esos opuestos’, comenta.


Fotografía: Santiago Sepúlveda


Intenté lamer tus ofensas

Un clásico de corazones rotos suena en la voz de Dionne Warwick. Matija empieza a corear la letra, de pie, quieto, en mitad del escenario. Su expresión es sentida, casi dolorosa, y uno que otro espectador empieza a cantar a la par. La voz de Warwick en ‘Walk on by’ sumada a la de Ferlin, las frases que se proyectan imparables y los parlantes que emiten sonidos nocturnos al fondo; más allá de evitar un sentimiento de desolación, lo intensifican.

Ferlin se ha bajado del bus hace apenas unos minutos y camina ahora por el centro de Cali, en compañía aún del grupo colombiano de amateurs. No ha podido evitar el deseo de encender un cigarrillo. ‘Tienes que hacerte cargo de tus necesidades’, me diría días después, ‘Eso para mí es la pasión: hacerte cargo de tus urgencias’.


Es posible cometer un error

Si hay algo más importante que la presencia de El zumbido en el trabajo de Ferlin ese algo tendría que ser el error. ‘El error es grandioso. Es fantástico. Los errores son progreso’, dice. La importancia que reviste al error, según el croata, radica en que el público tiene la oportunidad de percibirlo de forma diferente, no como un fracaso. El nuevo virtuosismo, la deseducación y una particular percepción sobre lo correcto/incorrecto se conectan directamente con esta visión del error: un conjunto de leyes que clasifican nuestras acciones.


La acción del deber

En croata, la palabra obred significa ritual. La connotación cultural y religiosa de este término molesta a Matija, a pesar de que considera que en todo lo que hace hay una esencia ritualística. Visto como ese laboratorio interno, impronunciado; los rituales en las piezas de Matija pueden llegar a ser billones: pequeños y puestos como ingredientes que se pierden en una gran mezcla.

‘Los rituales requieren cierta dedicación y la dedicación lleva a la disciplina’, comenta.


Sentí que era más grande que tú

Los ojos de Matija se fijan en cada uno de los asistentes a ‘Sad Sam (revisited)’. No importa en que punto del auditorio se encuentren, su mirada los busca y se detiene por varios segundos. Ya no importan los sonidos nocturnos que salen de los parlantes o los títulos proyectados en la pantalla: Ferlin ha provocado un sentimiento de desolación que vence la distancia con su público.

Hay una proximidad espacial que Matija Ferlin considera necesaria para esta pieza y es por ello que los escenarios pequeños han sido una constante en los 17 países en los que ha sido presentada ‘Sad Sam (revisited)’. Sin embargo, la cercanía con el público no es la única forma en que Ferlin se relaciona con el espacio: hay una distancia en tiempo que muestra su recorrido desde 2004 a 2010. El interés de Matija no es traer vivo aquel recuerdo del corazón roto que dio luz a esta obra; es mostrarse desde el presente, en el punto exacto en que se encuentre. Esa posibilidad de ‘ver los toros desde la barda’ para Matija va de la mano con las reglas coreográficas y con la puesta en escena.

‘Son instrucciones que pueden ser dadas al performer. Además de ser coreógrafo soy diseñador gráfico y el diseño requiere ser claro, funcional’, agrega. Movimientos vistos desde arriba y el deseo de algo muy estructurado y limpio, fueron el resultado del impacto del diseño gráfico en esta obra.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

‘Danza para la cámara’ + ‘Perspectivas’: imagen, movimiento y emociones

La relación entre la cámara y el movimiento es tan sólo un paso en el rompimiento de fronteras entre disciplinas. Cuando el vídeo y la fotografía buscan ese contacto con un sujeto u objeto, más allá de registrar situaciones particulares, se posibilita un traspaso de emociones e intimidad.

Soraya Vargas, directora de la Fundación Imagen en Movimiento, cuenta que ese matrimonio entre cámara y movimiento es casi tan indisoluble como la relación espacio-tiempo y que puede ser aprovechado tanto por realizadores como por sujetos en acción. En videodanza, tema discutido en su taller ‘Danza para la cámara’, la relación se torna recíproca y todos los elementos del entorno pasan a constituir conceptos más complejos.

'El movimiento no sólo es expresado desde el bailarín sino también desde la cámara. Cuando se empiezan a incluir nuevas tecnologías, como las multimedia, las posibilidades de generar movimiento son incontables: desde el que realiza el sujeto hasta el que podemos incluir luego en un proceso de edición’, explica Vargas.

Otra de las preocupaciones de Vargas ha sido la posibilidad de acceder a información audiovisual sobre danza en Colombia y la practica inexistencia de material disponible para la investigación en este campo. Es por ello que desde la Fundación Imagen en Movimiento los tópicos de memoria y movimiento y la posibilidad de creación de un archivo de danza y teatro son importantes.




Por otro lado, el mayor punto de interés para Santiago Sepúlveda, fotógrafo y diseñador, consiste en determinar de qué maneras se realizan los acercamientos del realizador hacia sus objetivos. Para él, tomar la decisión de dicho acercamiento influirá de forma determinante en el resultado que se obtenga.

‘Se puede tomar la decisión de acercarse de forma anónima o simplemente abordar al personaje de forma directa. Lo importante es generar duda con respecto a las situaciones frente a la cámara y aprovechar esos momentos de tensión que se producen cuando alguien sabe que tiene una cámara enfrente’, sostiene.

Sepúlveda se refiere además, durante el taller de fotografía ‘Perspectivas’, a una composición que incluya elementos simbólicos, elementos que sean capaces de comunicar algo no necesariamente entendible. Asegura que, en el caso de la danza, es muy posible que entonces se obtengan imágenes que no captan técnicas o movimientos sino sentimientos.

Estudiantes y docentes universitarios tuvieron en cuenta estas observaciones para la realización de cortos experimentos que involucraban fotografía, video y movimiento, utilizando como inspiración los alrededores de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali.

DANZA PARA LA CÁMARA
Taller por Soraya Vargas - Fundación Imagen en Movimiento
PERSPECTIVAS
Taller de Fotografía de Danza por Santiago Sepúlveda